¿Cómo preparar un biberón con agua embotellada?

Como ya sabrás, el agua es un componente fundamental para preparar correctamente el biberón de tu bebé. Y no sirve el agua en cualquier estado, ya que puede contener bacterias y una alta concentración de minerales potencialmente peligrosos para él, como el sodio y los nitratos.

Por ello, si tienes que preparar el biberón con agua embotellada, debes tomar una serie de precauciones para reducir los riesgos. En este post de Baby Brezza te explicamos cómo debes hacerlo.

¿Se puede preparar un biberón con agua embotellada?

Lo primero que debes saber es que, sí, se puede hacer un biberón con agua de botella. De hecho, es una opción práctica y segura siempre que elijas un agua embotellada adecuada para bebés.

No todas las aguas minerales lo son, ya que algunas contienen niveles de minerales demasiado altos para su organismo.

Usa agua embotellada de mineralización débil

Como dijimos en nuestro otro artículo acerca del mejor agua para preparar el biberón, el agua de mineralización débil es la que contiene un residuo seco por litro de entre 51 y 500 miligramos, es decir, apenas cuenta con minerales en su composición, como son el sodio, el potasio o el magnesio.

Además, tampoco contiene otros componentes orgánicos, como proteínas o grasas, de ahí que sea la más indicada para preparar el biberón de los bebés.

En general, el agua embotellada destinada al consumo humano es de baja mineralización, pero consulta su etiqueta por precaución.

Paso a paso: cómo preparar el biberón con agua embotellada

1. Lávate bien las manos

Antes de tocar cualquier utensilio, asegúrate de lavarte las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos. Sécalas con una toalla limpia o papel desechable. Este paso básico evita que las bacterias pasen al biberón.

2. Esteriliza el biberón y la tetina

Aunque estén recién lavados, los biberones y tetinas deben esterilizarse, sobre todo en los primeros 6 meses de vida del bebé. Puedes hacerlo con agua hirviendo durante 5 minutos o con un esterilizador eléctrico.

3. Hierve el agua embotellada

Aunque el agua embotellada sea segura, es recomendable hervirla hasta que alcance el punto de ebullición. De esta manera eliminas cualquier microorganismo que pueda estar presente. Una vez hervida, deja que se enfríe hasta unos 40 ºC (temperatura tibia).

4. Mide la cantidad exacta de agua

Vierte el agua en el biberón esterilizado. La cantidad debe ser la indicada en la pauta del pediatra o en la tabla de preparación que aparece en el envase de la leche en polvo.

5. Añade las medidas de leche en polvo

Usa el cacito medidor que trae la leche infantil. Nivélalo con un cuchillo limpio o una espátula para evitar que quede demasiado lleno o vacío. La proporción exacta es fundamental: más leche en polvo puede causar problemas digestivos y menos puede dejar al bebé con hambre.

6. Mezcla con cuidado

Coloca la tetina y la tapa, asegúrate de que estén bien cerradas, y agita suavemente en círculos hasta que el polvo se disuelva por completo. Evita agitar demasiado fuerte para no generar demasiada espuma, que podría producir gases en el bebé.

7. Comprueba la temperatura

Antes de ofrecer el biberón, échate unas gotas en el dorso de la muñeca: debe sentirse tibio, nunca caliente. Si está demasiado caliente, enfríalo colocando el biberón bajo un chorro de agua fría (sin mojar la tetina).

8. Administra el biberón al momento

Dáselo al bebé justo después de prepararlo. No guardes los biberones preparados durante horas, ya que la leche puede convertirse en un medio de cultivo para bacterias.

¿Hay una forma más rápida de preparar los biberones?

Aunque seguir los pasos anteriores garantiza que el biberón esté bien preparado incluso con agua embotellada, la vida con un recién nacido (especialmente durante esas tomas nocturnas urgentes) puede ser muy agotadora. Por eso, merece la pena considerar una solución innovadora que combine precisión, higiene y velocidad.

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